domingo, 31 de mayo de 2015

¿Cómo es que Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo no han venido a la XXX Marcha a Rota?.



Era muy necesario que hoy Teresa Rodríguez (Podemos) y Antonio Maíllo (Izquierda Unida) hubiesen participado en la XXX Marcha a Rota. Me pregunto por qué no han ido.

El gesto de los dos es preocupante porque la militarización de Andalucía es un problema extraordinariamente grave y que afecta de lleno a nuestra comunidad autónoma.

No sé qué reflexiones extraerá la Plataforma Andaluza contra las Bases de estas dos ausencias, pero, en mi opinión, deberían haber ido. La presencia de un submarino nuclear averiado en Gibraltar, el exponencial aumento de tropas USA en Morón, la reciente llegada del tercer destructor del escudo antimisiles a la Base de Rota, la fabricación de armas de guerra en Sevilla (A400M), las maniobras militares de la OTAN tituladas Trident Juncture que se preparan para otoño próximo, la acción militar de Estados Unidos desde estas bases en toda la región mediterránea, la fabricación de drones de guerra en Huelva, el paseo triunfal de John Kerry hoy por España, etc., no son un conjunto menor de cosas respecto a las que la roteña Teresa Rodríguez (Podemos) y Antonio Maíllo (Izquierda Unida) puedan permanecer en silencio precisamente hoy cuando se celebraban los 30 simbólicos años de esta demostración de resistencia y de dignidad de un pueblo que es la Marcha a Rota.

Es cierto que los dos han ido muchas veces, pero ¿cómo no han ido hoy que el problema aumenta?, ¿cómo no han ido hoy en que sus voces podrían tener un mayor eco en el Parlamento de Andalucía y en la opinión pública?, ¿cómo no han ido hoy como señal de que se van a tomar este gravísimo problema como una cuestión prioritaria en sus agendas políticas?.



No quiero hacer ninguna suposición acerca de estas dos significativas ausencias. Ellos mismos deberían, a través de los órganos de sus partidos, expresar ahora su posicionamiento claro, firme, reiterado, a favor de la Paz y por el desmantelamiento de las bases de Rota, Morón y Gibraltar. Porque no es una cuestión de que la Plataforma Andaluza contra las Bases valore esta omisión suya de un modo o de otro, o que yo la valore de un modo o de otro, es cuestión de que Andalucía lo merece.




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respecto a la Marcha de 2014 ya ocurrió un precedente que causó cierta preocupación:
http://www.elconfidencial.com/espana/andalucia/2014-11-01/podemos-se-desmarca-de-la-marcha-a-rota-contra-la-base-militar_433764/

sábado, 30 de mayo de 2015

XXX Marcha a Rota (domingo 31 de mayo de 2015)

 
XXX Marcha a Rota.
Manifestación contra la base militar aeronaval de EEUU/España en Rota (Cádiz).
Con los lemas: "Trabajo y Dignidad, SÍ" "Negocio de la Guerra, NO".
- Día: Domingo, 31 de mayo de 2015.
- Hora: 12:00 h.
- Lugar de salida: 12:00 h. del Parque Calderón. Puerto de Santa María (Cádiz).
Organiza: Plataforma Andaluza contra las Bases.

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MANIFIESTO DE LA XXX MARCHA A ROTA (31/05/2015)


SÍ AL EMPLEO Y A LA DIGNIDAD DEL PUEBLO, NO A LAS GUERRAS Y A LA VIOLENCIA DE LAS BASES DE ROTA, MORÓN Y GIBRALTAR.-

Desgraciadamente, los motivos para venir a la Marcha a Rota han crecido exponencialmente en estos últimos años. La guerra y la violencia desatada por los poderosos (por ejemplo en el caso del apoyo USA a la dictadura militar en Egipto), sus multimillonarios gastos militares y su inmensa irresponsabilidad a la hora de gestionar sus armas de destrucción masiva (ahora prohibiendo a Irán que se una a su club atómico), su frialdad inhumana al permitir masacres como las que tienen lugar en tantos países del mundo (Palestina entre ellos), todo esto y más sigue su ignominioso curso desde instalaciones reforzadas, ampliadas y recrudecidas como son la base aeronaval de Rota, la base aérea de Morón de la Frontera y la base nuclear naval de Gibraltar.

Las concesiones del gobierno de la derecha española al belicismo norteamericano son no ya escandalosas, sino un acontecimiento histórico de indignidad política y humana cuyo hondo calado quizás se nos escapa, de tan negativo, en estos convulsos momentos. Con un ridículo y peligroso yihadismo hasta en la sopa pretenden nuestros temibles gobernantes ocultar sus incontables truculencias y convencernos de que solo la estrategia de sus “humanitarios” ejércitos puede controlar este mundo que ellos mantienen desangrado y a la deriva.

En estos recientes años en que la llamada “crisis” y el “austericidio” han producido un gran drama social en toda Europa, y no digamos en los países africanos de la ribera mediterránea, la guerra y la violencia capitaneada por quienes dirigen la OTAN parecen ser las únicas leyes que rigen en el ámbito de las relaciones internacionales.

Nuestros ojos no dan abasto al constatar un pasmoso aumento de marines en la base aérea de Morón cuando, al día siguiente, ya pueden, también, ver la llegada de un buque de misiles más al puerto de Rota. Nuestro corazón no ha dejado de temblar al comprobar una vez más el humillante comportamiento militarista del PSOE de Andalucía, permitiendo las bases y fomentando la industria militar en Sevilla, Cádiz, Málaga, etc., cuando casi justo al día siguiente, de nuevo, nuestro corazón se sobrecoge al constatar cómo el Partido Popular compra un puesto entre los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU a cambio de una nueva versión del convenio bilateral con la que no tardará mucho en sorprendernos para lo peor. Personajes funestos, oscuros e implicados en el comercio internacional de armas, como es el caso del Ministro de Defensa señor Pedro Morenés, no dejan de sorprendernos diariamente con sus escabrosos movimientos de tropas en Malí, en Líbano, en Irak… La apuesta del PSOE y del PP por el militarismo no tiene freno.

Al venenoso compás de la peor globalización económica que cabía esperar; sufriendo el ritmo de la falta de empleo generalizada en toda Europa; aturdidos por la música en nuestros oídos de los cartuchos de dinamita que han caído sobre los recursos públicos (salud, educación, vivienda…) y las potencialidades sociales; con el vertiginoso soniquete de la más descarada represión política sobre nuestras espaldas; con toda esta música de la desesperanza jaleando los telediarios y vaciando nuestros bolsillos, el Partido Popular ha dado muchos pasos, con un gran descaro, en dirección al belicismo como única propuesta para desenvolverse en el ámbito de las relaciones internacionales, ha destruido casi todo signo de solidaridad y de cooperación internacional, y ha entregado sin más la soberanía nacional del estado español al Pentágono.

El sustancial reforzamiento militar de las bases de Rota, Morón y Gibraltar es el resultado más tangible de todo este proceso de galopante derechización y de destrucción de los derechos humanos al que asistimos. Pero, en términos generales, es un proceso multifacético, intenso, globalizado y creciente -de gravísimas repercusiones medioambientales, sociales y económicas- al que debemos resistirnos con toda nuestra energía, es decir, con la energía de la Paz y de la Solidaridad Internacional. Porque lo que nosotros venimos a reivindicar a estas Marchas contra las Bases no es solamente su inmediato desmantelamiento y su sustitución por otras actividades económicas constructivas y útiles para la población, sino también, y sobre todo, la puesta en marcha de políticas internacionales no basadas en la fuerza militar, en la extorsión, en el robo de los recursos de los países del sur, en la criminalización de las resistencias pacíficas, activas, desobedientes y noviolentas que está teniendo lugar en todas partes,etc. Es la guerra organizada desde arriba y la sórdida violencia desatada hacia los de abajo como únicas forma viables, según los poderosos, de las relaciones internacionales, lo que nosotros, en esta Marcha a Rota, exigimos que cambie. Y sí podemos provocar este cambio si denunciamos en voz bien alta que el resultado del militarismo es la muerte para la esperanza, para la dignidad de los pueblos, para los derechos humanos, para la interculturalidad. Es posible cambiar las cosas si, todos juntos, todas juntas, seguimos desarrollando alternativas a nuevos engendros del neoliberalismo como el Tratado Trasatlántico de Libre Comercio, con todos los desórdenes contra la sociedad y contra el medio ambiente que ese instrumento del capitalismo significaría si lo dejamos prosperar.

Además de todo esto, en el ámbito local sabemos (aunque la Junta de Andalucía no deje de mentir al respecto) que las bases de Rota, Morón y Gibraltar ya no dan empleo ni significan ninguna ayuda económica para Andalucía ni para los países del norte de África. Los numerosos y continuados despidos, la imposibilidad de que por ejemplo el Ayuntamiento de Rota cobre el IBI a la Base, el peligro que estas instalaciones significa para la sociedad civil, su freno (por diversas servidumbres militares) al desarrollo económico de la zona, etc., dejan muy claro la clase de peligrosa rémora en que estas mortíferas instalaciones se han convertido.

Y por todo eso volvemos a denunciar desde aquí, un año más, que el escudo antimisiles es un arma ofensiva que aumenta el peligro de guerras; que desde las bases de Rota, Morón y Gibraltar, se están ejecutando peligrosos movimientos militares contra Rusia en el contencioso de Ucrania; que desde estas bases se está operando en conflictos como el sirio, el libio y el palestino. Y porque creemos en la Paz, en el Desarme y en la Solidaridad Internacional, denunciamos también la preparación, tomando como uno de los centros operativos estas tres bases en suelo andaluz, del gran Ejercicio internacional de la OTAN Trident Juncture 2015 en octubre y noviembre próximos.

Y por eso, en definitiva, hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía y a todas las organizaciones sociales y políticas a oponerse al militarismo galopante que estas bases representan, el cual es un exponente más de la violencia de los poderosos contra el pueblo y su voluntad de transformación social. De ahí que mantengamos este año el lema, cargado de significado y de apuesta por resistir y de alternativas viables, que es: OTAN NO, BASES FUERA. TRABAJO Y DIGNIDAD, SÍ. NEGOCIO DE LA GUERRA, NO



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TEXTO DE JUAN JOSÉ TÉLLEZ (31/05/2015)


DISCURSO ROTA 2015

¿Quién nos defiende de nuestros defensores? Desde hace medio siglo, la Base de Rota supone una de las piezas fundamentales de la Defensa del sistema occidental, pero nos ha convertido al mismo tiempo en una clara diana para todos sus enemigos.

¿Dónde estaban sus ejércitos cuando el poder de la dictadura nos impedía ser libres, dónde cuando el poder de la democracia tampoco gusta que seamos libres del todo?

¿Enviaron a sus bombarderos para acabar con el paro, con la tierra para quien no la trabaja, con los paraísos fiscales que trafican con la vida y con la muerte, con la corrupción, esa bomba de relojería que termina acribillando a la esperanza?

¿Desembarcaron sus lanchas en las playas para salvar a los fugitivos de los tiranos a los que dicen combatir, a los extenuados supervivientes del mar, que es el morir, o del hambre, que sigue siendo crónica al otro lado del Estrecho?

Mientras el Estado recortaba presupuestos para los sin techo y para los sin nada, para los sin un euro ni a fin de semana ni a fin de mes, ni a fin de vida, ni a fin de estudios, contratamos el escudo anti misiles como una nueva franquicia de la muerte. Sin embargo, ¿qué peores misiles hay que los que dinamitan a diario el estado del bienestar, los que aniquilan la salud y la educación pública, el derecho a la vivienda que es justamente lo contrario que el deber de morirse?

Dinero, dicen. La muerte tiene un precio. Por un puñado de dólares, permitimos que los buenos, los feos y los malos que gobiernan al mundo nos conviertan en el eterno blanco de un polvorín que más temprano que tarde estallará. Migajas más bien, en forma de bares, viviendas alquiladas y licencias de taxis. ¿Qué es lo que compran con todo ello sino nuestro miedo? Astilleros vacíos y naves de Airbus temerosas de que un trágico accidente cierre sus puertas.

Cincuenta años atrás, Rafael Alberti le preguntaba a Rota Oriental Spain donde están sus huertos, su melón, su calabaza. Hoy sólo preguntamos si van a necesitar contratar a alguien para la plancha. Nuestro salario colectivo: ellos barren supuestos enemigos que antes fueron aliados o lo serán en el futuro, y los nuestros limpian su salita de estar, el porche de la barbacoa, su eterno aire de últimos héroes americanos.

El pasado viernes, el Consejo de Ministros decidió convertir a la base de Morón, también ubicada en el territorio rebelde de Andalucía, en una plataforma para que Estados Unidos intervenga en el norte de Africa. Tres mil marines llegarán para ayudarnos a salvar la democracia occidental por la que tanto teme Esperanza Aguirre. ¿Quién nos salvará de nuestros salvadores?, preguntan a cuerda pelá todas las guitarras de Morón.

Allí ya no se escucha la guitarra de Diego el del Gastor, pero la banda sonora más frecuente que ha sonado en la campiña sevillana desde hace medio siglo fue la del zumbido infatigable de los Phantoms y otros aviones de la U.S. Air Force. La guerra ha militarizado las montañas de cal sin pedirnos la venia. Ahora, so pretexto de combatir a Al Qaeda del Magreb Islámico o a los fanáticos machistas que secuestran niñas a mansalva en Mali, para convertirlas en prostitutas o en suicidas, quieren incrementar el número de operaciones sobre esa base supuestamente española pero a cuyos trabajadores no se les reconoce siquiera el derecho a un convenio y a que su comité negocie la remota posibilidad de que la dignidad de los currantes sea compatible con la gloria a machamartillo de las barras y estrellas.

Y es que el Séptimo de Caballería nos trata a los españoles como a ojeadores navajos, en su guerra actual contra los apaches del extinto Bin Laden: tenemos el escudo anti-misiles en Rota y ahora volveremos a rodar en Morón el remake de Top-gun, pero a la VI Flota la siguen reparando en Nápoles y a nuestros astilleros no llegan siquiera un par de cajas de winchesters, de agua de fuego o de cuentas de vidrio.

Morón de los gitanos –como canta La Canalla-- tampoco es ya un verso libre de Julio Velez, pero los intereses de Estado llevaron su nombre a la hoja de ruta de todas las guerras contemporáneas. ¿A cambio de qué? A que los trenes de aterrizaje silencien el vuelo libre de las soleares. Y que, en lugar de sentirnos más seguros con semejante vecindario, llevemos cincuenta años teniendo la sensación de que somos el hijo de Guillermo Tell con una eterna manzana en la cabeza.

Mientras juegan a los tronos, como antes hicieron en Libia o en Irak, en Morón despiden trabajadores civiles y escriben de nuevo el nombre de esta tierra en el mapamundi de la guerra, en el croquis de la desolación, en los oscuros diccionarios de la geoestrategia.

Hace justo un año, la propaganda oficial alertaba de que Rota y Morón iban a ser las bases utilizadas por Estados Unidos para intentar contener a un enemigo poderoso, el Ebola, ese rayo que no cesa con nombre de río, que anegaba con miles de muertos Sierra Leona, Libera, Guinea Conakri, pero también Nigeria y Senegal. Lo peor del caso no es que no sirviera de nada sino que nuestras autoridades se enteraran por la prensa.

El sur es una santabárbara que puede explotarnos en las narices, pero pretenden convencernos de que es Disneylandia, un mundo guay donde las vueltas ciclistas zarpan del portaviones Príncipe de Asturias, por ejemplo, o vistosos bombarderos cruzan el cielo pacífico de Fermín Salvochea en una parada militar que pretende convertir en carísimo espectáculo la chaqueta metálica de los misiles aire-aire. Los partes militares no suelen hablar de muertos sino de bajas, omiten las víctimas civiles y centran su atención en los daños colaterales. Los partes civiles son patrióticos: sólo nos cuentan que son peligrosos los submarinos nucleares que recalan en Gibraltar pero no los que recalan en la Bahía de Cádiz.

Nadie nos dice que la guerra es cara porque prefieren convencernos de que debemos invertir en seguridad, como si fuera seguro convivir a diario con los embarcaderos de la sangre ajena, con la artillería que precede a los yuppies dispuestos a saquear desde sus limusinas los países asolados antes por los hammers.

Pretenden convencernos de que son buenas noticias la llegada de los acorazados y de que no es bueno abrir los brazos a los fugitivos del norte de Africa. Que tenemos que comprarles su guerra de las galaxias y debemos bombardear los barcos con que las mafias trasiegan con los desheredados del Magreb, para que ni siquiera puedan caer en el fuego porque no sepan cómo escapar de las brasas de Oriente Próximo, ese que se reparten Washington y Moscú, Teherán y Tel Aviv, Estambul o Damasco.

Nadie nos dice cuánto nos cuesta que el Tío Sam venga a salvarnos, ni porqué los únicos presupuestos que se incrementan son los de Defensa a pesar de que nuestro ejército lleve dos siglos perdiendo todas las batallas salvo cuando se trata de librarlas contra los propios españoles.

Más de 30.000 millones de euros supone la deuda militar de España, un país al que le están desarmando su mejor ejército, el de salud pública, el de la educación, el del empleo. Especialmente en provincias como la de Cádiz, donde reina la Base de Rota, pero en donde recontamos más de200.000 desempleados, un 40% de tasa de paro, 70.000 familias con todos sus miembros están sin trabajo alguno y 100.000 personas que no reciben prestación alguna. ¿Por qué no llegan los zapadores a abrir trincheras en el crédito de las entidades financieras? ¿Por qué la artillería no blinda este frente sur frente a los especuladores y los prestamistas, los mangantes y la quinta columna del capitalismo salvaje que da por bueno que se utilice el dinero público para salvar a los bancos pero que es imposible evitar el desahucio de los niños?

Llevamos años denunciando como Andalucía vive rodeada de guerras que no le conciernen, en un triángulo mortífero que lleva de Morón hasta Rota y de Rota a Gibraltar. No nos resignamos a que todo ello sea inevitable ni a creer que no existe peligro alguno y darnos simplemente un chapuzón en Costa Ballena mientras los cazas zarpan para zambullirnos en la sangre ajena. Quizás seamos un puñado se susurros en un mundo de gritos pero al menos nos sigue quedando la palabra y con tu boca y la mía, poco a poco, iremos construyendo el único himno posible, el del alarido, el de la rebeldía, el que nos ponga definitivamente en pie de paz contra los cuatro jinetes del apocalipsis.

Juan José Téllez


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                                                 cabecera de la Marcha 31/05/2015

                                     Ciro Rodríguez (Yo también estuve en el Parlament)
                                               Juan José Téllez (escritor)

-http://www.eldiario.es/andalucia/XXX-Marcha-Rota-recorriendo-kilometros_0_393710871.html
-http://www.20minutos.es/noticia/2476996/0/xxx-marcha-rota-se-celebra-este-domingo-bajo-lema-trabajo-dignidad-si-negocio-guerra-no/
-http://www.diariobahiadecadiz.com/noticias/rota/convocada-para-este-domingo-la-xxx-marcha-rota-nuevo-llamamiento-oponerse-al-militarismo-galopante-que-estas-bases-representan/
-http://www.europapress.es/andalucia/cadiz-00351/noticia-xxx-marcha-rota-celebra-400-asistentes-recorriendo-seis-kilometros-base-militar-20150531153757.html
-http://www.20minutos.es/noticia/2476996/0/xxx-marcha-rota-se-celebra-este-domingo-bajo-lema-trabajo-dignidad-si-negocio-guerra-no/
-http://www.elmundo.es/andalucia/2015/05/31/556b31fe22601dfc518b4576.html
-http://www.diariodecadiz.es/article/provincia/2041971/hoy/se/celebra/la/edicion/la/marcha/rota.html




domingo, 17 de mayo de 2015

Los ayuntamientos pueden y deben desmilitarizar la sociedad.






Comparto las líneas generales de las propuestas del Centre Delas, que copio más abajo para que se conozcan más, pero pienso que faltan, entre las medidas que deberían señalarse, vías más concretas para que la Paz sea una realidad social más efectiva. Porque, por ejemplo, los municipios andaluces fuertemente militarizados no tendrían suficiente con las medidas que el Centre Delas propone para solucionar la severidad del problema de implicación directa en las guerras que padecen.

 

Al tener "en cuenta las competencias de los municipios a través o en colaboración con los Consejos de Cooperación" se limita mucho la acción de los gobiernos locales al fomento de valores, a las declaraciones y a los actos testimoniales (como no autorizar maniobras militares en su término municipal, aunque el ejército no lo necesita para moverse en la sierra o en la costa de Cádiz). Por supuesto, todo eso que propone el Centre Delas no sería poco y, desde luego, tendría una repercusión muy novedosa y muy notable en la vida real de las personas, pero nos seguiríamos quedando encima con fábricas de guerra, campos de maniobras, grandes bases con capacidad nuclear, centros científicos del ejército, etc. La acción frente a estos problemas de la militarización física de los municipios andaluces podría desarrollarse en los ámbitos de la comunidad autónoma y estatal, pues los gobiernos sí tienen, a ese nivel, competencias más claras para poder frenar las decisiones belicistas que la OTAN les dicta; pero entonces los municipios, que son los que padecen directamente los problemas, quedarían un poco al margen de los mecanismos de decisión que quizás podrían ayudar a cambiar las cosas. Es decir: sería imposible -ciertamente y considerando el entramado legal en que nos movemos- desmantelar la planta de Airbus-Military si el Ayuntamiento de Sevilla así lo decidiera, pero también será imposible lograr ese desmantelamiento si el Ayuntamiento de Sevilla, de forma reiterada, apoya la fabricación de los A-400-M y evita toda crítica ciudadana a este multimillonario gasto militar.


Comparto el sentir de las propuestas del Centre Delas, a saber, si no me equivoco, que una clave importante para favorecer la Paz es la implicación directa de la ciudadanía en el ámbito municipal; pero planear esa implicación conformándose con el fuerte corsé legal al que, en materia de Defensa, Paz y Cooperación, están sujetos los municipios -e incluso los gobiernos de las comunidades autónomas-  no me parece que pueda favorecer una cultura de la Paz realmente eficaz. El fomento de los valores de una Cultura de Paz es -también lo creo así- lo más necesario, pero sin olvidar que los ciudadanos puedan, de hecho, en la práctica, participar en proyectos concretos de desmilitarización. Igual que hay viables proyectos de cooperación y hay proyectos de valores de paz que son implementados ya por los municipios, deben ponerse en marcha, desde el ámbito municipal, proyectos concretos de desmilitarización y desarme, así como [algo que en el movimiento pacifista hemos olvidado un poco] proyectos de defensa popular noviolenta.


Por eso pienso que en los municipios deben crearse Consejos de Paz y Desarme; o que los de Cooperación pasaran a denominarse y a tratar "de "Cooperación, Paz y Desarme". La cuestión es, de modo sucinto, que en la ciudad de San Fernando, por poner un ejemplo, los ciudadanos puedan tomar decisiones (presionando para que las lleven a efecto o la Junta de Andalucía o el gobierno de Madrid o el mismo Pleno municipal) que aborden asuntos como los problemas de gestión que continuamente ofrecen las instalaciones militares que están presentes en la ciudad. Si el "Consejo de Cooperación, Paz y Desarme de Rota", por poner otro ejemplo, decidiera dedicar un 50% del IBI que le debe la Base Aeronaval a proyectos de cooperación (Nota 1) con los países de la ribera mediterránea de África como señal consciente de oposición a las políticas belicistas que se practican desde esa instalación, entonces el Pleno tendría que abordar la cuestión y posicionarse al respecto. El "Consejo de Cooperación, Paz y Desarme de Jerez" podría abordar (animando a la población a integrarse en estos procesos de toma de decisión a favor del desarme) diversos problemas derivados de las amistosas relaciones del Ayuntamiento con Defensa, las cuales están eternizando el cambio de titularidad de militar a civil de la finca "Rancho de la Bola", que la ciudadanía ha reclamado reiteradamente como parque público desde hace dos décadas.


Igual que un Ayuntamiento puede declararse en contra de las armas nucleares, también puede hacer bastante para que se lleve a cabo un concreto proyecto de desmantelamiento de una fábrica de armas de guerra en su término municipal, sustituyéndola por otra actividad económica favorecedora de la vida.


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(Nota 1) Esta decisión no sería, probablemente, compartida por el movimiento antimilitarista y noviolento de Andalucía, del que yo mismo formo parte. Ese movimiento enfocaría la cuestión del IBI de Rota probablemente de otro modo. Pero he puesto ese ejemplo precisamente para que quede clara mi opinión de que los Consejos de Cooperación, Paz y Desarme no tendrían que ser una mera correa de transmisión del movimiento social pacifista, del activismo antimilitarista y noviolento, sino solamente un lugar municipal donde todas las organizaciones sociales, y con la presencia de los representantes legales de la corporación democráticamente elegida, debatiesen, proyectasen, tomasen decisiones, etc., acerca de Cooperación, Paz y Desarme.

Propuestas de paz desarme y no violencia para los municipios-Elecciones municipales 2015

Escrito por Centre Delàs el . Publicado en Articles

nonviolence
En vistas de las elecciones municipales que tendrán lugar el próximo día 24 de mayo, el Centre Delàs d’Estudis per la Pau ha elaborado propuestas para implementar la cultura de paz, el desarme y la no violencia en los municipios. Son recomendaciones elaboradas para los Consejos de Cooperación de los municipios con el objetivo que la cultura de paz sea uno de los ejes fundamentales que guíen las políticas municipales de cooperación, solidaridad y ayuda al desarrollo.
Definición de Cultura de Paz
El fomento de una cultura de paz es una de las tareas fundamentales para construir un mundo más equitativo y más justo. De acuerdo con la Declaración sobre una Cultura de Paz, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas del año 1999, la Cultura de Paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en:
  • El respeto a la vida, el fin de la violencia, la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación
  • El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna del estado, de conformidad con la carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional
  • El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales
  • El compromiso con la resolución pacífica de los conflictos
  • El esfuerzo por satisfacer las necesidades del desarrollo y la protección del medio ambiente de las generaciones presentes y futuras
  • El respeto y la promoción del derecho al desarrollo
  • El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres
  • El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información
  • La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones
Así la cultura de paz es aquella que quita toda legitimidad a la violencia, no solamente a la violencia directa (física o psicológica), sino en un sentido mucho más amplio – la violencia estructural – que incluye las injusticias sociales y económicas, la desigualdad de género, las violaciones de los derechos humanos y el no respeto al medio ambiente.
Contextualización en clave municipal
Como entidad política, los municipios pueden hacer una apuesta clara por la cultura de paz, haciendo de este concepto uno de los principios clave de su acción de gobierno. De hecho, como un agente más en el ámbito de la cooperación, los consejos municipales que operan en este área tienen el compromiso de integrar el enfoque de la cultura de paz en todos sus proyectos.
La proximidad con la población le da al Consejo de Cooperación local la posibilidad de jugar un rol importante de sensibilización y educación en cultura de paz, de tal manera que las políticas puestas en marcha por el gobierno municipal tienen repercusiones positivas y visibles para la ciudadanía.
Líneas de acción concretas y propuestas de trabajo
El Programa de Acción sobre una Cultura de Paz que las Naciones Unidas aprobaron junto a la Declaración por una Cultura de Paz, va encaminado a la promoción de la cultura de paz, de la educación, del desarrollo económico y social sostenible, y de la promoción de los derechos humanos. También defiende garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, la participación democrática, así como el fomento de la comprensión, la tolerancia y la solidaridad; además de dar soporte a la comunicación participativa y la libre circulación de información y conocimientos. Estas son, entre otras, algunas de las medidas más destacadas que hace dicha declaración sobre la paz y la seguridad internacional.
De acuerdo con lo expuesto, y teniendo en cuenta las competencias de los municipios a través o en colaboración con los Consejos de Cooperación, el Centre Delàs anima a los gobiernos locales a llevar a cabo las siguientes propuestas:
  • Ámbito de sensibilización y educación
    • Intercambio de experiencias: viajes a zonas que han sufrido conflictos armados recientes, invitar a personas que han vivido un conflicto armado a hacer una estancia en el municipio.
    • Producción, y sobre todo uso, de material didáctico de educación para la paz y la no violencia en centros educativos
    • Adquisición de publicaciones sobre paz para las bibliotecas municipales
    • Convocar cursos y charlas a favor de la paz y la no violencia
    • Exposiciones entorno a cuestiones relativas sobre la paz y la no violencia
    • Celebración de las fechas señaladas: 21 de septiembre, día internacional de la paz; 30 de enero, día internacional de la no violencia
  • Acción de gobierno
    • Declaraciones institucionales a favor de la cultura de paz
      • A favor del desarme
      • Contra las armas y centrales nucleares
      • Contra las guerras
      • Contra la venta de armamento
      • Contra la instalación de industrias militares
    • Hermanamiento con municipios que han sufrido conflictos armados
    • Compromisos que reflejen una clara incorporación de la cultura de paz en las políticas municipales
      • No autorizar que el ejército español o la OTAN hagan propaganda en los centros educativos o en actos para jóvenes
      • No dar ayudas públicas a asociaciones, grupos o empresas que promuevan la violencia (audiovisuales, videojuegos, comics, juguetes bélicos…)
      • No fomentar inversiones en la industria militar
      • No celebrar actos de carácter militar ni autorizar maniobras militares dentro de los términos municipales
    • Promoción y facilitación de espacios de diálogo entre colectivos con intereses divergentes
  • Incorporación de la cultura de paz en todos los proyectos de cooperación
La implementación de la cultura de paz a nivel local tiene un reflejo directo a escala global.  Una ciudadanía concienciada, gracias a las iniciativas locales, se convierte en el motor real del cambio. Por ello, es necesario que los municipios integren la cultura de paz en sus proyectos de cooperación así como en sus políticas internas.

viernes, 1 de mayo de 2015

En vez de trabajo y dignidad para Andalucía, llegan a Rota y Morón barcos y marines para más guerras.


La locura bélica de la OTAN que las cúpulas de la mayoría nuestros partidos políticos comparten sin miramientos no deja de asombrarme y de estremecerme profundamente. El territorio del estado español -más el conjunto de sus relaciones internacionales y diplomáticas- está siendo radicalmente militarizado como efecto, entre otras cosas, del quijotesco puesto que ahora 'disfrutamos' en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pura marca España.

A la gran "vuelta de tuerca" que el capitalismo está implementado en Europa se une, cómo no, un correlato militarista que tiene puesto su punto de mira en, básicamente, el Golfo Pérsico y la frontera este de Europa.

La situación estratégica global, donde las armas de destrucción masiva siguen jugando un papel central, es más que alarmante. Las potencias continúan moviendo sus envenenadas fichas en un tablero de escasez de recursos energéticos, aumentos de las poblaciones, crisis económica, crisis medioambiental, etc.

El contexto no puede ser más peligroso y adverso para los intereses de vida, de dignidad, de solidaridad internacional, etc., de los pueblos. Este mapa (en: "Le Monde diplomatique en español", nº 235, mayo de 2015, pág. 4) refleja claramente la clase de avispero en carne viva que es el Golfo Pérsico, así como la sofocante presencia norteamericana en el mismo (una presencia norteamericana en el Golfo Pérsico directamente proporcional al aumento de tropas estadounidenses en Rota y Morón):



En Europa observamos peligrosos movimientos de tropa:
En Morón y Rota los marines se multiplican a un ritmo vertiginoso:
A Rota llega el tercer destructor de guerra que forma parte del "escudo antimisiles":
Para noviembre la OTAN prepara unas gigantescas maniobras militares en España:

Un panorama de rearme, militarización y estallido de conflictos bélicos que debe reactivar nuestras conciencias y nuestro compromiso por la Paz.

Respecto al silencio que los grandes partidos políticos andaluces, exceptuando a Izquierda Unida, Equo, Podemos,  etc., guardan en lo que se refiere a las bases de Rota, Morón y Gibraltar, no se me ocurre otra palabra para describirlo que la de indignidad. Porque siempre la esencia de la Cultura de Andalucía consistió en la solidaridad, no en la guerra. Y estas bases militares atentan contra la vida, contra la dignidad de los pueblos y contra la esencia de nuestra cultura.